Artículo escrito a pedido de Ana Osella.
“Use su imaginación y sus habilidades, todo es subjetivo”
“El universo no tiene ni centro, ni bordes, la realidad es arbitraria”
De la película “Los límites del control” de Jim Jarmush
Cuando me senté a escribir, trataba de recordar qué significa la palabra contingencia y apareció una frase, como memoria auditiva de otro tiempo: hay que estar preparados ante cualquier contingencia.
No sé dónde la escuché, pero sonaba a advertencia.
¿Qué sería estar preparada ante algo que ocurre? ¿Se puede semejante cosa?
Quizá la danza sea un buen entrenamiento para vivir las contingencias.
Me refiero a aquellas que nos conectan con las sensaciones, con las emociones, con el viaje de nuestra atención, con el diálogo con el entorno.
Aunque a veces esa conexión puede devenir maldición, una especie de Funes el memorioso que en vez de no parar de recordar, no para de sentir y registrar.
Me he sentido rígida ante algunas contingencias, otras he tenido más gracia y flexibilidad.
¿Cómo estar sensible a los cambios?
¿Cómo seguir?
¿Se trata de hacer algo?¿dejarse mover por lo que acontece?¿de resistir?
Hay otra cosa que creo me traen la danza con las contingencias; lo ilusorio que son los planes y el aparente control que tenemos sobre nuestros movimientos.
Cuando parece que vamos en la dirección que deseamos, o en una acción, o en un encuentro, eso que decimos querer, lo que está en nuestros planes, aparece algo en nuestro cuerpo: un sarpullido, un dolor de panza, unas ganas de salir corriendo o de no ir, o de no hacer.
Algo como rastro inquietante, extraño, haciéndonos saber otra cosa.
Esa experiencia que no tiene ni bordes ni centros, viene con otra intensidad, como una aparición que se hace carne.
Ahí ,quizá ,la imaginación, la poesía, el arte sean buenos compañeros para transitar algo que se presenta tan literal y fijo.
Eso que se presenta con un sólo sentido o sin sentido, puede comenzar a moverse, a transformarse.
Quizá si tomamos algo de la intensidad de aquello que irrumpe, lo observamos, intentamos alguna metáfora, una historia, la bailamos, como en un ritual alrededor de un fuego.
Demorarse en aquello que parece desvío, traspié, falla.
Quizá crear sea parecido a jugar, cuando unas maderitas de colores pueden devenir barco, océano,aventura.